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- No iniciar el viaje sin revisar la colocación de la carga, el estado del vehículo (especialmente la presión de los neumáticos), la documentación, etc.
- Asegurarse de que todos los ocupantes llevan abrochado, correctamente, el cinturón de seguridad.
- Evitar comer abundantemente antes de conducir y elegir comidas que no sean pesadas.
- No consumir alcohol bajo ningún concepto. Aunque sea en pequeñas cantidades, el alcohol afecta las capacidades como conductor, se sea consciente de esto o no.
- Si se consumen medicamentos, que sea bajo control médico, asegurándose de que no tienen efectos negativos para la conducción: mareo, vértigo, somnolencia, etc.
- Situar correctamente el asiento. Buscar una posición cómoda pero que facilite la conducción, con el respaldo no demasiado reclinado para que funcionen bien el pretensor y el cinturón de seguridad.
- No conducir más de 2 ó 3 horas seguidas. A partir de dos horas, un descanso de 20 minutos es reparador. Si se espera más tiempo para hacer una pausa, la capacidad física disminuirá.
- Ojo con las distracciones. No hacer cosas que despisten (programar el GPS con el vehículo en marcha, utilizar el teléfono móvil, fumar, etc.).
- De noche, la agudeza visual no es igual. Se debe reducir la velocidad media, ya que se necesita más tiempo para procesar la información.
- El ser muy buen conductor no garantiza que no afecten los mismos factores, riesgos y situaciones que al resto.